Tiana es la mayor de 11 hermanos, dos chicas y nueve chicos.
En Madagascar, para los padres, un varón es una mejor garantía de futuro y tiene una importancia vital: mayor mano de obra, transmisión, herencia.
Por ello, y con una familia numerosa, el afecto de los padres no siempre fue equitativo.
Pero Tiana tiene un temperamento emprendedor y cuando se vio, muy joven, obligada a criar sola a su hijo Liva, dio muestras de ingenio y valentía. Paralelamente a sus estudios, fabricaba objetos con sus propias manos para satisfacer sus necesidades cotidianas, y pronto tomó conciencia de la importancia de la artesanía para la independencia de las mujeres.
Enseñó a su hijo la perseverancia, la amabilidad y el compartir, y se esforzó para que recibiera una educación de calidad. Lo matriculó en las mejores escuelas, ahorrando para que pudiera ir al extranjero. Quería que triunfara por encima de todo y le animó a estudiar para ser censor jurado de cuentas en Francia. Para ella, esta profesión representa la garantía financiera del futuro de su hijo y justifica los sacrificios y la abnegación que exige una separación así.
NUESTRA HISTORIA

EN EL PRINCIPIO: UNA MUJER

SUEÑOS ...
Con los tesoros de su isla y sus valores culturales firmemente anclados en su memoria, Liva también tuvo algunos encuentros maravillosos una vez que llegó a Francia. Encuentros humanos, por supuesto, pero también descubrió el diseño, que siempre ha sido una de sus pasiones. Al mismo tiempo, la contabilidad le proporcionó un enfoque riguroso y una comprensión de la vida económica.
Entusiasmado y recién titulado, ocupó sus primeros puestos en una empresa, sólo para desilusionarse..... En una organización jerárquica que dejaba poco margen para el desarrollo y aún menos para la creatividad y los viajes, no veía ningún horizonte. Era hora de replantearse las cosas.
No pasó mucho tiempo antes de que decidiera volver a sus raíces. La idea era diseñar accesorios que aprovecharan al máximo los recursos naturales y las técnicas ancestrales de Madagascar, añadiendo al mismo tiempo un toque contemporáneo.

A LA REALIDAD
Tiana, que siempre ha trabajado en la artesanía y en la conservación de los conocimientos técnicos, se entusiasmó con la idea de su hijo. Se lanzó de lleno al proyecto y trabajó con él para reclutar a los primeros artesanos. Ante la envergadura del proyecto, se aferraron a él y bautizaron simbólicamente la marca IBELIV.
El objetivo de IBELIV es ofrecer a las mujeres malgaches una perspectiva profesional y emancipadora. Su motivación y sus ganas de hacerlo bien bastan para hacerlas partícipes de la aventura. Cada mujer se convierte en la artesana de las creaciones de IBELIV, pero también en la artesana de SU propia vida. Pone su amor, su historia y sus aspiraciones en las piezas que fabrica, haciendo que cada una de ellas sea inimitable y esté llena de alma.
La aventura se compone ahora de varios centenares de artesanas, pero la filosofía está intacta y se transmite escrupulosamente a todas las que se unen al equipo: encarnar juntas el progreso y la realización.